Por: José Aristizábal G.
20 de enero de 2024
En las onduladas faldas frescas que bajan del páramo de Sumapaz al municipio de Silvania, se encuentra la red Kunagua. Allí, treinta familias están regenerando el bosque húmedo y el agua y es el lugar en el que se celebró el 17º Llamado de la Montaña, encuentro que agrupa cada año al movimiento nacional de las ecoaldeas, ecobarrios, asentamientos sustentables, comunidades defensoras del territorio y demás procesos rurales y urbanos de sustentabilidad, transición y regeneración eco-social.
Vivido entre los días 11 y 14 de enero, este encuentro podría definirse, también, de otras maneras. Una explosión de fraternidad, música, alegría y conexión con la madre Tierra, un laboratorio de experiencias de transformación social, una diversidad de alternativas para cambiar el mundo… una vivencia de comunidad y de paz con los demás seres vivos y con la naturaleza, una mezcla entreverada de ancestralidades, modernidad y posmodernidad; una confluencia de habitantes neo-rurales algunos de los cuales se llaman a sí mismos “cambiadores de mundo”, un vivero de paradigmas, una prueba de que existen otros mundos, una urdimbre de tejedores y polinizadores de nuevas esperanzas, una descarga, un ramalazo de emociones y de energía.
Danza, biodanza, permacultura, bioarquitectura, musicoterapia, palabras de los mayores y los abuelos, comunicación no violenta, sociocracia, soberanía alimentaria, otras espiritualidades, aprender haciendo, sanación del corazón, sistemas colaborativos, cuidado de la tierra, santuarios de vida y de paz, el buen vivir, fueron las palabras claves más pronunciadas por las 260 personas que estuvimos allí.
El Llamado es un proceso que se fermenta en varios territorios del país, es desigual y diverso, se teje principalmente en lo local y tiene sus articulaciones en lo nacional, lo latinoamericano y lo global. Cada grupo y cada experiencia son autónomos, se autoorganizan y autogestionan. En el encuentro, se unen las insubordinaciones de los feminismos, el ambientalismo y la juventud y aprenden de la ancestralidad y de los pueblos indios y afros. Van cosechando logros y emergen como una alternativa a las crisis ambiental, climática, humanitaria, energética y espiritual que vive el planeta.
Una de las cualidades de estos grupos y experiencias es su trabajo intergeneracional: en la cotidianidad y en las escuelas propias, madres y padres educan a sus hijas e hijos, como ocurre en el Bosque-escuela de Kunagua. Se forman una niñez y una juventud, semillas que garantizan la renovación y continuidad de estas redes y comunidades. Ejemplo de ello fueron la programación paralela para los jóvenes, la guardia de los niños y su participación en las danzas y demás actividades artísticas.
En el encuentro, se unen las insubordinaciones de los feminismos, el ambientalismo y la juventud y aprenden de la ancestralidad y de los pueblos indios y afros. Van cosechando logros y emergen como una alternativa a las crisis ambiental, climática, humanitaria, energética y espiritual que vive el planeta.Una de las cualidades de estos grupos y experiencias es su trabajo intergeneracional: en la cotidianidad y en las escuelas propias, madres y padres educan a sus hijas e hijos, como ocurre en el Bosque-escuela de Kunagua. Se forman una niñez y una juventud, semillas que garantizan la renovación y continuidad de estas redes y comunidades. Ejemplo de ello fueron la programación paralela para los jóvenes, la guardia de los niños y su participación en las danzas y demás actividades artísticas.
Dado que este movimiento se expresa en algunos departamentos, se acordó adelantar varios encuentros biorregionales durante el año antes del siguiente encuentro nacional para afianzar su presencia allí y avanzar en la transición ecológica y social hacia otra humanidad.
El Llamado que concluyó el pasado 14 de enero tuvo un toque especial por el lugar donde se celebró. Las personas de Kunagua han tejido una relación espiritual con las energías visibles e invisibles de esa tierra fecunda, a la que han rebautizado en femenino: la Suma-paz. A ella le cantan y le danzan, es su manera de ser; se les salen la música, la fiesta y la rumba por los poros. Por ello, éste estuvo lleno de arte y expresiones culturales y simbólicas. Uno de los momentos más recordados del encuentro fue la comparsa de la Caravana Kunagua. Una cantidad de actores danzando con trajes multicolores y máscaras de animales cantándole a la Suma-Paz los derechos de la Madre Tierra. Una muestra de la más alta calidad estética, digna de ser presentada en otros altos escenarios del país.
Equipo Cubrimiento audiovisual:
Adrian Pera: @afpera
Ivan Sawyer García: @ivankuxansum
Alen Inti: @alen.inti
Andres Martínez : @andresacmar
Diego Camilo Figueroa: @camilo_figuerovsky
Así tal cual, este llamado de la Suma PAZ fue el regalo de una gota de perfume para mi alma. Gratitud a las familias Kunagüeras. Fuerte abrazo y que siga el destilado de esa nueva humanidad.
Excelente trabajo y manera de relacionarse con todo lo que los rodea. Es un trabajo muy comprometido con la naturaleza y con quienes la habitan. Además del compromiso generacional al poder participar todos en la misma dirección. Les deseo Suma-Paz